13 de agosto de 2012

Natsuiro Kiseki


Como ya le comenté a mi amigo y co-editor de este blog, mi idea era sacar un buen número de críticas de series recientes y, de vez en vez, ir rescatando alguna de años atrás, ya para recordar una gran serie, ya para crucificar alguna.
Mi idea es dejar muy claro, no ya si una serie la considero buena, mala o regular, ni siquiera el por qué la considero así, sino qué es y qué no es cada serie. Dejar claro: “oye es una gran serie, merece la pena, pero esto es lo que te vas a encontrar, si no buscas esto en una serie no te extrañe si la ves y no compartes mi opinión.
Por otro lado, creo que suelo ver series de muchos tipos diferentes, casi siempre de 12 a de 26 capítulos, por lo que es normal que coincidáis en gustos en unas series y otras no.

Hoy para estrenarme voy a comenzar con una de las que más me han hecho sonreír en la temporada de primavera: Natsuiro Kiseki.

Si quisiéramos catalogarlo diríamos que es un “slice of life” de libro, un genero al que me resistí mucho cuando empecé a aficionarme al anime, pero que ha terminado por estar presente en mi elección temporada a temporada, y como todos los géneros hay obras de calidad y pestiños.

Pero al lío, qué es y qué no es Natsuiro Kiseki:
El argumento de base es menos original que el bocata de queso: el día a día de un grupo de cuatro chicas y su accidentada adolescencia, en una pequeña ciudad al sur de Japón. El punto dramático e hilo conductor del argumento, es que una de ellas se mudara en breve, no lejos si no más allá. En la serie dicen que se va a Tokio, pero se termina por ver que va a una isla a varias horas en barco de la capital. Y para terminar de aderezar el coctel, hay un punto de fantasía, muy típico de esa versión del realismo mágico que tanto gusta en Japón, en la que se introduce un elemento más allá de las leyes físicas, en un mundo por otro lado igual al real y se vive con ello una vida, por lo demás, normal.

Pero si no es una serie con un planteamiento realmente original (por otro lado muy pocas lo son), ¿qué tiene para que merezca la pena? Ante todo es una serie fresca y dinámica. No te aburre en ningún momento, te hace sonreír prácticamente todo el capítulo, con un humor que no es ni simplón ni zafio, y no abusa, pero si usa, la “kawaicidad” de sus cuatro protagonistas.
Continuando con el diseño de las protagonistas, este es muy acertado, no sólo son buenos diseños con una animación notable, ni se queda en diseñar cuatro chicas monas, sino que el propio diseño físico y psicológico de las protagonistas es muy adecuado para esa edad, donde se conjuga un conato de madurez con una gran inexperiencia en muchas facetas. El paso de niña a mujer no es un proceso constante, lineal y homogéneo y aquí queda patente. Las reacciones pueden tener su punto de madurez o ser más o menos infantiles, según el momento o el tema tratado.
Las historias narradas son muy humanas, los sentimientos y las motivaciones de las protagonistas no parecen artificiales, el coctel de pensamientos, así como las reacciones de cada una de ellas, siempre tienen sentido y son comprensibles, ya sean estas más adultas o más infantiles.

En su primer capitulo veremos mayor carga dramática que humor, un drama que será siempre a lo largo de la serie muy cercano y realista, sin complicadas intrigas políticas, si no problemas del día a día. Dramas que todos hemos vivido más o menos parecidos en primera o tercera persona.

En resumen una serie entretenida para todas las edades, ni resuelve ni plantea dudas existenciales, no marca un antes y un después como GITS o NGE, pero 12 capítulos de entretenimiento de calidad, algo no tan fácil de encontrar.
Si buscas acción a lo Blak Lagoon… te has equivocado de serie. Si por el contrario buscas una trama de triangulo amoroso shojo, tampoco lo encontraras aquí, aunque tanto la acción como los triángulos amorosos se tratan siempre, queda claro que la serie no va de eso.

Aquí podéis ver el OP que es una buena declaración de intenciones de la serie:





1 comentario:

  1. "Slice of life" es lo que en castellano llamamos costumbrista :).

    Me la apunto para septiembre.

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