12 de febrero de 2013

Suzumiya Haruri

Se podrán decir muchas cosas de Haruri, pero cuando un personaje mola, mola. Una serie bien hecha y sin justificaciones. ¿Queréis tsundere, fanservice, conspiraciones y pop rockero made in Japan? En Suzumiya Haruri, a cubos de fregar llenos.


Sí, se merece una entrada más larga.

26 de enero de 2013

Time of Eve - Yasuhiro Yoshiura

Hacía tiempo que no veía series de animación. Uno se pierde en otras cosas, le dedica más tiempo a los libros o a la música, va por épocas. Pero, mira por donde, haciendo el idiota en Youtube a veces se da uno de morros con algo interesante. Y va tirando, tirando del hilo, hasta que se encuentra algo como esto:

Personajes en pantuflas. A mí con un cartel así me venden lo que sea.
Tengo la mala costumbre de investigar todo un poquitín antes de metérmelo en vena. Trailers, la wiki, quién ha dirigido esto, etc. Sorprende que Yasuhiro Yoshiura (¿lo he escrito bien?) es un chaval. 30 añitos. Parece que salió con ganas de la universidad. Tiene algunos OVAs anteriores que aún no he tenido el gusto de ver, y Time of Eve está en formato serie, 6 capítulos, o en formato película, que es básicamente lo mismo con alguna escena más entremetida. Yo solo he visto la serie, y no se si me animaré con la película. También tiene preparada para este año Paterna Inverted, otra película a la que bien seguro echaré un ojo.

Al fregao. Time of Eve es una especie de cuento costumbrista de ciencia ficción. En un Japón temporalmente cercano, los robots y los androides son parte de la vida normal, pero son tratados como muebles a pesar de contar con una IA que los hace prácticamente humanos. De hecho, sin la corona que los identifica, es prácticamente imposible diferenciarlos.

Algunos han empezado a relacionarse con humanos de igual a igual, cosa que no es ilegal pero está peor vista que el alcoholismo. Dos chavales de instituto Rikuo y Masaki descubren que la androide del primero Sammy frecuenta un bar The Time of Eve en el que hay que cumplir una norma no discriminar entre humanos y androides he quitado las comas para alguien se atragante. Es más, los androides apagan su corona para que no haya diferencia física.

Atados por las tres leyes de la robótica de Asimov, se dan situaciones curiosas y a veces paradójicas, cuando un robot no sabe cómo actuar al no poder identificar al que tiene delante como humano o robot. Cada capítulo se desarrolla alrededor de alguno de los personajes que frecuentan el bar, desde el punto de vista de los dos chavales, que se convierten en habituales del mismo.


La serie no es una obra maestra. Se hace corto el desarrollo de los personajes, pero tampoco parece que hubiera intención de llevarlos muy allá. Aunque tiene sus tics animeros, no se arrastra hasta el fanservice. Es una colección de cuentos, y como tal funciona.

Prácticamente toda ambientada en interiores, la fotografía es bastante impactante. Tira de CGs para hacer movimientos de cámara atrevidillos dentro del anime, al menos del poco que conozco. La música es buena y está muy presente. Igual demasiado presente.

Peca de lagrimosidad hacia el final, aunque dicen que la película acaba de forma diferente. La ambientación y la estética me gustan tanto que se lo puedo perdonar. Me ha gustado, he pasado un rato y le seguiré la pista al Yoshiura este. Como debut peliculero, le ha salido bastante bien.


14 de agosto de 2012

Sakamichi no Apollon


La pasada temporada de primavera me resultó de lo más grata, me pillaría de buen humor o acerté más de lo normal en las series que empecé a ver.
Una de ellas fue Sakamichi no Apollon.

Esta serie la empecé a ver sobre todo por el jazz. A estas alturas casi todos sabréis el argumento de esta serie: la improbable amistad entre dos jóvenes unidos por el jazz, en el convulso Japón de los años sesenta. Nuestro protagonista es completamente neófito en ese tipo de música, pues ha practicado siempre en registros clásicos. Aunque el verdadero tema de la serie es el arraigo (o el desarraigo, según se mire) ya que el protagonista llega al pueblo tras haber vivido cortos periodos de tiempo en diferentes regiones del archipiélago.

Sin dejar de lado la música, hay una cosa que realmente no me gustó: si el jazz es el “primer motor inmóvil” de la serie, si la serie tiene momentazos de jazz que no son momentos sino momentazos, ¿por qué ni su opening, ni su ending son jazz o por lo menos lo sugieren? Quiero recordad el opening de Ghost Hound, que sin ser ese jazz clásico que tocan nuestros protagonistas, si que tenía algo de jazz.
En esta serie optaron por una música más típica en este tipo de animes, que no es que este mal, pero desde mi punto de vista es desaprovechar una oportunidad de hacer algo que vaya un punto más haya. Realmente esta serie pedía un poco más de riesgo, no una música que recordara al espectador: esto es un “slice of life” más shojo que shonen.

Un momentazo jazz:


La historia goza de un realismo de primera: El encuentro de un arraigo, el desarrollo de amistades y de sentimientos amorosos fluye con naturalidad, en una serie en la que el tiempo pasa muy deprisa, del principio de un capitulo al final del siguiente pueden haber pasado fácil tres meses.
Nunca podremos decir “que rápido”, o mejor dicho, “que forzado se desarrollan según que sentimientos” pues el paso del tiempo ha sido importante.
Los guionistas quieren contar una historia y esa historia no necesita de relleno, si quieren hacer trepidante algo tan sutil, no tienen más remedio.

El diseño, tanto de los personajes como de los lugares donde se desarrolla la historia, está fantásticamente cuidado, y todo esta rodeado de un aura melancólica y sobre todo muy agradable. Si la acción se desarrolla en una casa pobre, podremos ver muchos detalles de precariedad en múltiples “ñapas” que intentan hacer funcional algo roto, y ni aún así nos deja de transmitir, calidez y delicadeza.

Todos los temas que trata, los hace con rigor y seriedad, lo que no quiere decir que no haya espacio para reír. Pero cuando tratan los amores y desamores de los protagonistas lo hacen sin sarcasmo ni esperpento, típico de las comedias románticas, sino que se busca que el espectador se meta a fondo en la historia, que comprenda la encrucijada del personaje, todas ellas naturales como la vida misma.
En definitiva, es una serie introvertida donde el fuero interno de los personajes tiene mucho peso, y su apariencia o su aspecto publico, queda en un segundo plano. El resto de los personajes secundarios o extras sólo ven esa fachada, pero el espectador no.

Tras todo esto, está claro que la recomiendo muy encarecidamente a cualquiera. No busquéis  ni fantasía, ni fanservice, la acción aunque puede haberla, no es sino un aderezo más, y el humor existe, pero para nada es una serie de “riámonos sin preocupaciones”. ¡Ah! y se me olvidaba, hay adolescentes tocando instrumentos musicales, pero no, nada que ver con K-on… por si alguno tenía alguna duda.

Quizás la ultima pregunta sea ¿Me gustará esta serie si no me gusta el jazz? pero ¿A quien no le gusta el jazz?... Vale a mucha gente… pero que yo conozca…
Ahora en serio, si como es lógico y normal has escuchado poco jazz, o nada… no es la música de moda vaya, es una buena forma de introducirte algo en lo que para mi será siempre el mayor legado cultural de los Estados Unidos al mundo. Una música que ha tenido y tiene mucho arraigo en Japón, donde un club de jazz no es una rareza.

Y aquí su op:

 
Y comparémoslo con este otro momentazo jazz… por cierto os suena la primera pieza que tocan, es una versión jazz de una de las VSO más famosas del cine:

Muchas gracias, la próxima critica hará más sangre.



13 de agosto de 2012

Natsuiro Kiseki


Como ya le comenté a mi amigo y co-editor de este blog, mi idea era sacar un buen número de críticas de series recientes y, de vez en vez, ir rescatando alguna de años atrás, ya para recordar una gran serie, ya para crucificar alguna.
Mi idea es dejar muy claro, no ya si una serie la considero buena, mala o regular, ni siquiera el por qué la considero así, sino qué es y qué no es cada serie. Dejar claro: “oye es una gran serie, merece la pena, pero esto es lo que te vas a encontrar, si no buscas esto en una serie no te extrañe si la ves y no compartes mi opinión.
Por otro lado, creo que suelo ver series de muchos tipos diferentes, casi siempre de 12 a de 26 capítulos, por lo que es normal que coincidáis en gustos en unas series y otras no.

Hoy para estrenarme voy a comenzar con una de las que más me han hecho sonreír en la temporada de primavera: Natsuiro Kiseki.

Si quisiéramos catalogarlo diríamos que es un “slice of life” de libro, un genero al que me resistí mucho cuando empecé a aficionarme al anime, pero que ha terminado por estar presente en mi elección temporada a temporada, y como todos los géneros hay obras de calidad y pestiños.

Pero al lío, qué es y qué no es Natsuiro Kiseki:
El argumento de base es menos original que el bocata de queso: el día a día de un grupo de cuatro chicas y su accidentada adolescencia, en una pequeña ciudad al sur de Japón. El punto dramático e hilo conductor del argumento, es que una de ellas se mudara en breve, no lejos si no más allá. En la serie dicen que se va a Tokio, pero se termina por ver que va a una isla a varias horas en barco de la capital. Y para terminar de aderezar el coctel, hay un punto de fantasía, muy típico de esa versión del realismo mágico que tanto gusta en Japón, en la que se introduce un elemento más allá de las leyes físicas, en un mundo por otro lado igual al real y se vive con ello una vida, por lo demás, normal.

Pero si no es una serie con un planteamiento realmente original (por otro lado muy pocas lo son), ¿qué tiene para que merezca la pena? Ante todo es una serie fresca y dinámica. No te aburre en ningún momento, te hace sonreír prácticamente todo el capítulo, con un humor que no es ni simplón ni zafio, y no abusa, pero si usa, la “kawaicidad” de sus cuatro protagonistas.
Continuando con el diseño de las protagonistas, este es muy acertado, no sólo son buenos diseños con una animación notable, ni se queda en diseñar cuatro chicas monas, sino que el propio diseño físico y psicológico de las protagonistas es muy adecuado para esa edad, donde se conjuga un conato de madurez con una gran inexperiencia en muchas facetas. El paso de niña a mujer no es un proceso constante, lineal y homogéneo y aquí queda patente. Las reacciones pueden tener su punto de madurez o ser más o menos infantiles, según el momento o el tema tratado.
Las historias narradas son muy humanas, los sentimientos y las motivaciones de las protagonistas no parecen artificiales, el coctel de pensamientos, así como las reacciones de cada una de ellas, siempre tienen sentido y son comprensibles, ya sean estas más adultas o más infantiles.

En su primer capitulo veremos mayor carga dramática que humor, un drama que será siempre a lo largo de la serie muy cercano y realista, sin complicadas intrigas políticas, si no problemas del día a día. Dramas que todos hemos vivido más o menos parecidos en primera o tercera persona.

En resumen una serie entretenida para todas las edades, ni resuelve ni plantea dudas existenciales, no marca un antes y un después como GITS o NGE, pero 12 capítulos de entretenimiento de calidad, algo no tan fácil de encontrar.
Si buscas acción a lo Blak Lagoon… te has equivocado de serie. Si por el contrario buscas una trama de triangulo amoroso shojo, tampoco lo encontraras aquí, aunque tanto la acción como los triángulos amorosos se tratan siempre, queda claro que la serie no va de eso.

Aquí podéis ver el OP que es una buena declaración de intenciones de la serie:





11 de agosto de 2012

Welcome to the NHK (2006)


Japón es una máquina cultural desde finales del siglo veinte, pero está orientada casi completamente hacia el mercado interno. Tanta saturación ha llevado a algunos subgrupos aislarse de la realidad, a vivir ensimismados y encerrados en universos imaginarios. Es una enfermedad social que afecta especialmente a la juventud.

Welcome to the NHK explora el mundo de los hikikomori y las subculturas relacionadas. Trata sobre Satou, un chico que ha vivido encerrado durante cuatro años, y su recuperación a través de Misaki, la chica que quiere ayudarlo, y algunos viejos amigos que le devuelven el contacto con el mundo real. La serie va introduciendo tópicos del anime que se desmoronan en cuanto se topan con la realidad. Cuando te esperas una confesión de amor edulcorada, te encuentras con un grito de necesidad cruel y sincero. Cuando ya no esperas romanticismos, aparece una declaración de intenciones poéticamente perfecta. Sorprendente, aunque a ratos un poco lenta.


Sobre el apartado técnico, es decente, aunque no excepcional. También hay que decir que una serie sin pelos de colores, mechas ni colegialas, que tiene una historia y unos personajes fuertes, no necesita un gran desarrollo gráfico. La música en su punto. Dato curioso: Pururin, objeto de la paranoia del protagonista, es un Mahō shōjo que se emite al amanecer, demasiado pronto para el público infantil al que debería estar dirigida, pero a una hora en la que los hikikimori suelen estar despiertos. Welcome to the NHK se emitía a esa misma hora.

El desarrollo de los personajes es lo más interesante. Aunque al principio todos parecen topicazos anime, poco a poco van descubriendo su autenticidad, las mentiras, la manipulación y otros defectos tan naturales como la piel. Especial mención para Misaki, que al principio parece una dandere de libro y luego uno acaba paranoico sin saber si está fingiendo, y preguntándose si en los capítulos anteriores también mentía.

Portada de la novela original
No hay más redención que el paso del tiempo. Ni siquiera van a mejor; la historia de cada uno va dando tumbos mientras se enfrentan al mundo real, a la soledad, a las obsesiones, incluso al hambre. A pesar de ser casos fronterizos, se enfrentan a los mismos problemas que todo el mundo, se equivocan, mienten, se arrepienten, pelean y terminan construyendo una vida normal. A pesar de sus traumas y particularidades, son indeseables y soñadores, como todo el mundo.

Al principio tenía mis dudas sobre los motivos de Misaki. Pensaba que actuaba por lástima, o alguna otra excusa chusquera y trivial. Pero no. Tiene sus motivos puros, honestos y egoístas. Como en la vida real, para que una persona se acerque a sacarte del pozo de mierda tiene que ser, por lo menos, tan miserable como tú.

Una joya.

2 de agosto de 2012

Animarade

En realidad, quería titular al blog Anime Parade, que vendría a significar Desfile de Anime en inglés. El problema es que, tanto en wordpress como en blogger, es un dominio muerto, así que me tocaba buscar una alternativa. Animarade no está mal, aunque me habría gustado algo más castizo y divertido como Animarada, que ya está cogida.

Me vino a la mente buscando música de Kenji Kawai, al revisar el desfile de Ghost in the Shell 2: Innocence, una auténtica pasada:



Y luego me acordé de otra gran Parade, la de Paprika, para acabar de justíficarlo - lástima que no esté en HD: